Cuando una hoja está muy afectada, normalmente se suelta sola tirando un poco, sin hacer esfuerzo. Si esto pasa, seguramente se soltará por la parte adecuada (así de “listas” son las plantas). Porque, cuando por alguna razón necesitan desprenderse de una hoja, lo hacen ellas solas. Pero no tenemos por qué que esperar a que esto pase. Así que, coged unas tijeras bien limpias y poneos manos a la obra. Simplemente, cortadlas bien cerquita del tallo, sin dañarlo, imitando a la planta cuando suelta las hojas estropeadas que ya no le sirven. Y os diré una cosa, esta es una de las labores plantiles que más me relajan. Imaginarme la energía fluyendo por la planta tras liberarla de ellas hace que logre concentrarme muchísimo en lo que estoy haciendo. En este post os lo cuento con más detalle.
Esta vez he decidido tirar la casa por la ventana y, en vez de dejaros una foto, he grabado un vídeo donde os explico este punto más detalladamente porque me parece muy importante. Aquí lo tenéis:
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